El circuito de frenos necesita tener una mantención adecuada. Su operación correcta puede salvarnos de un accidente.
En un automóvil hay varios sistemas en los que se pueden ahorrar gastos y buscar alternativas más baratas, algunas de estas solo influirán en la vida útil del mismo, pero otras, como el sistema de frenos, influye directamente en nuestra seguridad. Por esto, hay temas que uno debe tener en cuenta a la hora de mantener los frenos de forma correcta.
Como usuario, uno debe entender a grandes rasgos temas básicos sobre los frenos. Su operación correcta puede salvarnos de un accidente, pero ello depende de cuánto sepamos mantenerlos en buenas condiciones.
Éstos, son 5 temas que se deben tener en mente siempre sobre los sistemas de frenado:
1. Recambios originales. Obviamente no son lo mismo que los alternativos.
Ahorrar en repuestos alternativos, como discos, pastillas, tambores o balatas, no es una buena idea. Generalmente los frenos tienen una marca fabricante de origen, que no es la misma que el automóvil. El fabricante del vehículo encarga el sistema de freno a una empresa dedicada a ello, como puede ser Brembo, Lucas, Bosch, TRW, entre otras. Averiguando cuál es la marca de nuestros frenos, podríamos comprar un repuesto más barato y manteniendo la originalidad.
Los alternativos, tienen composiciones de menor calidad, en consecuencia los frenos pierden su capacidad original. El sistema debe calentarse y enfriarse a un ritmo determinado (y ya probado por el fabricante). Repuestos alternativos y de mala calidad, podrían hacer que un sistema de frenado se sobrecaliente y deje de actuar, en situaciones donde el sistema original no falla.
2. El liquido de frenos no es eterno.
El líquido que se utiliza para el sistema de frenos, tiene una vida útil y cada automóvil tiene un período recomendado por el fabricante para reemplazarlo. Generalmente son dos años. Éste líquido es higroscópico, es decir, absorbe la humedad. Ésto último es fatal, ya que la presencia de agua en este líquido provoca burbujas al calentarse. Los frenos, trabajan con mucho calor y éste se traspasa al líquido, que es capaz de aguantar temperaturas sobre 200°C, rango al que el agua produce vapor.
Produciendose burbujas, éstas se comprimen y el sistema de frenado podría llegar hasta anularse.
3. Aprender a escuchar y sentir al frenar.
Si los frenos chillan, algo no está bien. Si vibran, es aún peor. En vehículos normales, los frenos se diseñan para no provocar sonido, por lo que un chillido podría significar un funcionamiento defectuoso o un desgaste excesivo.
El pedal del freno transmite información, si el pedal transmite vibración con una sensación “ondulatoria”, hay una falla en los frenos (no confundir con el accionar del ABS).
4. ¿Rectificar los frenos? No siempre es lo correcto.
Es muy común que, al hacer mantención a los frenos, se exija la rectificación de los discos o tambores. En la teoría, esto consiste en desgastar la superficie para que vuelva a quedar uniforme. Generalmente el mal uso o el trabajo excesivo provoca desgaste irregular en la superficie de los frenos y se pide corregir este defecto. Lo correcto es que cuando el desgaste provoca fallas como alabeo (deformación del disco) o material excedente (rebarba) se realice esta rectificación, pero no para un simple cambio de pastillas o balatas.
Desgastar el tambor o disco, reducirá su grosor, y si éste se acerca al mínimo, puede provocar fallas como grietas, facturas o deformaciones con los cambios de temperatura, además de una mala disipación del calor, lo que finalmente lleva a un menor poder de frenado en situaciones riesgosas. Cada disco o tambor trae en su fundición impreso el grosor mínimo. Pida que sus frenos sean medidos antes de operarlos para mantención, toma sólo unos segundos.
5. Aprender a frenar.
Hay que entender que cada vez que pisamos el freno, provocamos roce entre piezas metálicas, eso resulta en calor y mucho. Si no soltamos el freno, no dejaremos que el calor se disipe y el sistema recupere temperatura normal. Frenadas muy largas a alta velocidad exigen mucho los frenos, como también la presión. Si llegamos a una esquina exigiendo los frenos y esperamos el verde del semáforo con el pie en el freno, literalmente estaremos cocinando el sistema.
Cada utilización fuerte de los frenos, necesita un tiempo de enfriamiento, por lo que si bajamos una cuesta con el pedal presionado, es probable que el sistema falle y deje de actuar si no le damos un respiro.